Cinco huellas del invierno y cómo prevenirlas

El cambio de temperatura deja secuelas en el cuerpo; recomendaciones de expertos para evitar la resequedad, descamación y enrojecimiento.

Nuestra piel no se lleva bien con las bajas temperaturas. Resequedad, descamación, rojeces, grietas y picor son los cinco signos que el invierno trae al órgano más grande del cuerpo. En especial en manos y cara -y la delicada piel de los labios-, las zonas más expuestas en esta época del año, el frío deja huellas que se profundizan en pieles sensibles.

¿Notás la piel más tirante?, ¿sentís picazón e incluso ardor en la cara? Son los síntomas más frecuentes en el invierno a los que debemos estar atentos para evitar incomodidades y problemas mayores.

“En esta época del año, nuestro cutis se ve más pálido, opaco y se siente tirante”, explica Priscila Dzigciot, especialista en medicina funcional y estética y directora de Bace (M.N. 129206). Lo que sucede, según Dzigciot es que con las bajas temperaturas los capilares se contraen y se reduce el flujo sanguíneo lo que dificulta el transporte de oxígeno y nutrientes a las células. Además, se acumulan las células muertas en la superficie de la piel.

A esto se suman nuestras rutinas, que tampoco contribuyen a la salud cutánea. “El cambio brusco de temperatura de frío al salir y calor al entrar a lugares cerrados, secan el manto lipídico que recubre la piel, esta queda más expuesta y se ralentiza la renovación celular. Es común ver sabañones, eczemas, excoriaciones, sobre todo en aquellas personas con piel sensible, atópicas o con alguna patología cutánea de base como psoriasis”, asegura Marina Bois, médica dermatóloga (M.N. 151413) del equipo de Irene Bermejo Advanced Dermatology.

Otros hábitos también inciden negativamente como las duchas de agua muy caliente, la falta de una buena hidratación -hay que tomar por lo menos dos litros de agua al día- y, por supuesto, olvidar humectar nuestra piel a diario.

Anticipate!

Existen rutinas sencillas que protegen la piel y previenen las molestias del invierno y la principal es aplicar una crema humectante nutritiva en cara y cuerpo; también hay que poner especial énfasis en las manos y labios. “Cuando nos abrigamos al salir, la piel que queda sin cubrir necesita la protección extra de una crema humectante. Y, en caso de que se lastime, es necesario aplicar cremas con antibióticos”, señala Bois.

¿Cómo elegir la crema indicada? En cuanto a los principios activos ideales para proteger la piel en invierno, Bois enumera: la manteca de karité tiene propiedades emolientes y calmantes; la vitamina A estimula la renovación celular, la producción de elastina y colágeno; el efecto antioxidante de la vitamina E, contrarresta el daño generado por los agentes contaminantes. Por otra parte, el ácido hialurónico tiene la capacidad de retener agua en la dermis y mantener así la piel hidratada; y la urea, lanolina y vaselina colaboran con la humectación.

Para Dzigciot, otros activos para sumar en invierno son la vitamina c, un potente antioxidante que brinda luminosidad. También los ácidos láctico, mandélico o glicólico, que ayudan a remover células muertas y a brindar luminosidad. Mientras que el ácido retinoico es uno de los principales aliados antiage e ideal para usar en el invierno. Sin embargo, la especialista asegura que es importante consultar con un especialista antes de utilizar este tipo de principios activos (por ejemplo, el ácido retinoico está contraindicado en embarazadas).

Por supuesto, no hay que olvidar tomar abundante agua, mantener una dieta equilibrada, rica en vegetales y frutas. “Es bueno incluir alimentos ricos en antioxidantes y omegas como el brócoli, kiwi, palta, espinaca y remolacha”, agrega la directora de Bace. También es necesario continuar con el uso del protector solar aún en invierno.

Algunos tips sobre el cuidado de la piel para apuntar:

-Humectar la piel de todo el cuerpo; tener en cuenta que manos, piernas, labios y cara, son las áreas que más fácilmente se secan

-Preferir baños cortos con agua tibia. El mejor momento para humectar la piel es luego del baño

-Beber al menos 8 vasos de agua por día

-Ayudar al organismo a conservar su temperatura con el uso de guantes, ropa térmica y gorros

-No acercarse demasiado a las fuentes de calor como calefactores, estufas, radiadores ya que se produce una vasodilatación brusca que puede generar cambios en el color de la piel, dejar venitas notorias e incluso quemaduras

-Dormir bien

-Por el frío del invierno, los capilares se contraen y se reduce el flujo sanguíneo lo que dificulta el transporte de oxígeno y nutrientes a las células

-Por el frío del invierno, los capilares se contraen y se reduce el flujo sanguíneo lo que dificulta el transporte de oxígeno y nutrientes a las células.

Por el frío del invierno, los capilares se contraen y se reduce el flujo sanguíneo lo que dificulta el transporte de oxígeno y nutrientes a las células.

Manos, un capítulo aparte.

¿Sabías que las manos son una de las zonas de nuestro cuerpo que envejecen más rápido porque no se les brinda el cuidado necesario para mantenerlas sanas? Según la doctora Johanna Furlan, cirujana estética (M.N. 122975), las manos están expuestas continuamente a agresiones externas como el sol, el frío, el calor y los cambios de temperatura; también por el contacto con sustancias o productos químicos.

“Con el paso del tiempo, todo esto da lugar a una rugosidad al tacto y a una piel áspera y seca. En caso de descuidarla, pueden aparecer manchas oscuras”, asegura Furlan. La piel de las manos tiene algunas particularidades específicas: en el dorso su textura es muy fina y frágil, tiene pocas glándulas sebáceas, y al tener menor grasa, tiende a resecarse con más facilidad, lo que provoca también un envejecimiento prematuro. “En las palmas, la piel es más gruesa, tampoco hay glándulas sebáceas, lo que favorece la deshidratación. Sí existen en esta zona glándulas sudoríparas, por lo que algunas personas pueden sufrir hiperhidrosis”, advierte la cirujana.

Durante el invierno se resecan con facilidad, se irritan y enrojecen porque pierden la capa hidrolipídica que las protege, y, a causa de la inflamación, pueden aparecer sabañones que provocan picazón e incluso dolor. Para prevenirlo, Furlan aconseja beber mucha agua, usar guantes, aplicar crema humectante y protección solar. “El alcohol en gel es recomendable usarlo fuera de casa cuando no tengamos acceso al lavado de manos”, recomienda. Por último, es aconsejable incorporar la exfoliación una vez por semana lo que ayudará al proceso de recuperación celular y permitirá que la crema de manos penetre mejor en la piel. Conviene utilizar uno específico para manos que hidrate y no resulte agresivo.

Silvina Vitale para LA NACIÓN