La cultura nipona se caracteriza por rutinas saludables diarias que ayudan a mantener el buen estado físico.
Por Victoria Vera Ziccardi.
De cultura sabia y saludable, los japoneses se destacan, entre otras sociedades, por su óptima salud. La incógnita que se genera es: ¿cómo hacen para ser así? ¿se trata de genética o de hábitos adquiridos?
Además de tener rutinas saludables, una característica de la fisonomía de las personas del país del sol naciente es que en su mayoría conservan una figura delgada. Incluso, según datos del Ministerio de Salud y Nutrición de Japón, es uno de los países del mundo con menor indice de obesidad con solo 3,5% en comparación con otros países como Alemania, Francia e Italia que tienen entre el 21% y 22%, Reino Unido 26% y Estados Unidos, 33,6%.
Sin embargo es importante destacar que las tradiciones y la cultura del país nipón, así como las leyes aprobadas para combatir el sobrepeso, han ayudado en gran medida a que sus ciudadanos mantengan un buen estado físico.
Fue en 2005 que entró en vigencia la ley Shuku Iku dirigida a la educación de los niños que tiene como objetivo crear una cultura social alrededor de la comida. La ley se focaliza en la dieta, en la alimentación diaria de los niños japoneses y en su educación: las escuelas están obligadas a ofrecer menús saludables para los niños en edad escolar. Estos valores se inculcan desde pequeños y de esta manera llegan a la adultez con una mayor consciencia de lo que es saludable para el organismo.
“Okinawa -una prefectura japonesa que abarca más de 150 islas en la zona marítima de Japón- es un claro ejemplo. Es considerada una zona azul, -uno de los lugares en el mundo donde viven las personas más longevas que superan los 100 años de edad- por la longevidad y excelentes condiciones cognitivas y de salud de sus habitantes. Tiene un clima particular, recursos naturales y una mentalidad diferente que reconoce la importancia de la nutrición así como su impacto en la salud”, destaca la Licenciada en Nutrición y directora de Nutrim Mariana Patrón Farias.
Para la especialista, las razones de este fenómeno se deben a factores multicausales “Hay que ver a los japoneses en su entorno social, biológico, ecológico y cultural porque todos somos seres integrales y esa debe ser la mirada adecuada para entender cómo se mantienen así”.
CINCO HÁBITOS PARA MANTENERSE EN FORMA
Las costumbres de los nipones son muy variadas e incluyen desde hábitos alimenticios hasta diferentes tipos de ejercicios físicos y baños calientes. Entre ellos se encuentran:
1. ALIMENTACIÓN CONSCIENTE
Los japoneses consumen alimentos de fácil digestión. No suelen comer demasiados productos industrializados ni con químicos. Dan prioridad a los alimentos naturales e incluso crudos durante los meses de verano. Entre los más elegidos se encuentran el arroz, los pescados, los mariscos, las verduras y los vegetales e infusiones calientes.
Desde que nacen los japoneses siguen rutinas saludables de alimentación que se caracterizan por ser bajas en calorías con pocas grasas donde priman las plantas y hierbas de la medicina tradicional como la cúrcuma y otorgan un papel protagónico a los alimentos de origen vegetal.
Los ultra procesados, azúcares refinados o grasas trans no tienen cabida en su dieta. “Si comparamos con nuestras elecciones occidentales donde predomina la carne vacuna y la grasa animal (queso, manteca, crema, en pastelería, etc.) y donde cada vez hay mayor consumo de alimentos ultra procesados con adición de azúcar y sal extra y todo tipo de aditivos… claro que los japoneses tienen más nutrientes a partir de su dieta, y eso colabora con la preservación de la salud y el bienestar por mayor cantidad de años”, explica Patrón Farias.
2. MÉTODO HARA HACHI BU
Hara hachi bu es una enseñanza confuciana que instruye a las personas a comer hasta llenarse en un 80 por ciento o cuando uno siente cierta sensación de saciedad. De este modo, se sienten satisfechos y no necesitan darse un gran atracón como ocurre en otros países donde culturalmente se come hasta “no poder más”.
“Yo creo que más que una forma de dieta se trata de frugalidad y del respeto que tenemos los japoneses hacia los alimentos para comer lo necesario y la consideración que tenemos con los demás para no llenarnos cuando otros pueden estar pasándolo mal”, explica Mónica Hashimoto, Lic. en Periodismo y Comunicaciones y ex editora de una revista de difusión de cultura japonesa en Argentina llamada Alternativa Nikkei.
3. NO VAN AL GIMNASIO
Los japoneses no están acostumbrados a realizar rutinas extremas de entrenamiento como sí es más común en Occidente. Practican actividades físicas moderadas o de baja intensidad como caminar a diario, hacer yoga o estirar. Sin embargo, destaca Hashimoto que desde pequeños se les inculca el ejercicio físico con unas competencias de deporte llamadas “undokai” y el “taiso” -ejercicios suaves y distendidos que buscan mayor amplitud en el movimiento- que se realizan todas las mañanas en las escuelas y en los lugares de trabajo. “También utilizan mucho la bicicleta como transporte, en particular las madres para hacer compras o para llevar a sus hijos a la escuela. En general, no son fanáticos de los gimnasios”, destaca Hashimoto.
4. LA MACROBIÓTICA
George Ohsawa, filósofo japonés, creó la macrobiótica -una filosofía de vida basada en la dieta, el ejercicio, la meditación y la energía del yin y el yang-. La misma se basa en comer, vivir en armonía y buscar el equilibrio del cuerpo. Para poder cumplir con esto, la comida que se consume -preferiblemente productos orgánicos y de temporada- debe seguir una aplicación biológica y fisiológica del principio del Yin y el Yang, según el cual todo está equilibrado por estas dos fuerzas respetando, en cada caso, una proporción determinada. La misma se divide en cereales integrales, como el arroz integral, la avena, la cebada, el trigo sarraceno o la quínoa (entre el 40 y el 60%), frutas y verduras (entre el 20 y el 30%) y productos animales y derivados (entre el 10 y el 25%).
5. BAÑOS CALIENTES
Esta actividad ayuda al cuerpo a quemar calorías y aumenta la tasa metabólica según un estudio publicado en 2017. “Estos baños de inmersión se llaman ‘furo’ y sí, es la forma más común de higienizarse en Japón. No se hace con ninguna finalidad específica, pero hacerlo otorga adicionalmente todos los beneficios que se conocen, desde el relax, la hidratación de la piel y la desintoxicación”, comenta Hashimoto.
Por otro lado y retomando el tema de la alimentación, comenta Hashimoto que si bien es común que los japoneses estén saludables con estos hábitos mencionados, no lo hacen para mantenerse en forma. “Para mí, tiene mucho que ver con la herencia genética y el nivel de vida que nos permite alimentarnos sanamente y disfrutar de las bondades de los alimentos y platos de estación que son más nutritivos, y deliciosos”, concluye.
)Fuente: LA NACIÓN